domingo, 5 de agosto de 2012


Caure i tornar a començar

Maria Sentandreu

Hi ha qüestions que escapen al nostre control, hi ha coses que ocorren perquè sí i no cal buscar cap explicació. Hi ha dies que tot rutlla al revés i et sents fotut, abatut, decebut amb el món sencer. Hi ha dies de boira al cel i núvols negres al pensament. Hi ha nits amb pluja de malsons o idees irracionals que mullen l’ànima amb el xarop de la por i la desesperança. Tanmateix hi ha dues maneres de reaccionar: caure i deixar-se empentar, o caure i tornar a començar.

D’acord, les circumstàncies no són sempre favorables al nostre interés, de vegades hi ha pedres al camí que ens compliquen la tasca de caminar, fins i tot podem trobar obstacles massa grans que ens faran parar i buscar una alternativa. El vent quasi mai bufa en la nostra direcció, però hem d’aprendre a lluitar sense por i resistir en peus enmig la tempesta. Voluntat i paciència, no cal res més per a superar els contratemps. Així doncs, hi ha qüestions que necessiten el seu temps i llavors cal descansar i refugiar-se per a calmar el dolor. No cal córrer més que el temps. Ja ho diu un proverbi alemany: ¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada? Per això no cal avançar-se a les conseqüències, perquè avançar-se als fets només és especular què passarà. Però ningú sap allò que va a vindre fins que no ho té al davant.

Segurament tothom ha viscut un episodi desagradable, un instant en el qual ho haguera tirat tot al fem i haguera desitjat desaparéixer, deixar de patir, deixar de lluitar contra les adversitats de cada dia. Potser hi ha persones que estan millor adaptades als canvis, eixa gent patirà menys però tampoc escaparà a viure alguna experiència negativa. Pretendre que tot a la nostra vida siga positiu és una utopia, però no estaria gens malament buscar coses positives que ens alleugeren el pes del cap sobre els muscles. Les coses importants no són tan difícils de trobar. Què hi ha més agradable que un somriure vertader? Què hi ha més important que estimar a algú o que algú t’estime? Què podem fer després de caure en l’abisme de la melancolia? Només ens queda l’opció d’aixecar-nos i tornar a començar.

Doncs la clau de la felicitat és senzilla: deixar el passat a una banda, viure el present i no tenir por al futur. És a dir, cal seguir avant sense mirar enrere, no podem renunciar al passat però tampoc cal recordar les experiències negatives, només hem de tornar al passat per a no cometre el mateix error, recordar per a no entropessar amb la mateixa pedra, superar el passat per a arribar a un present ple de llum i energia positiva. Viure cada instant i gaudir de les petites alegries, sentir que ara i ací podem cridar que som lliures per a elegir el nostre caminar. Avançar cap al futur més immediat sense planificar accions a llarg termini, tenir il·lusió però no carregar la ment d’espectatives massa grans... I no oblides que les xicotetes fites són les més gratificants.

martes, 3 de abril de 2012

El empleo que nos viene

El empleo que nos viene

Ayer domingo, leí en el periódico que la productividad en España ha aumentado un 10% de media desde que se inició la crisis. Esto quiere decir que los costes de las empresas  se han reducido en un 10%, con los mismos recursos producen un 10% más. Podemos hacer la lectura de que con menos producimos más.

Por otro lado leí en otro periódico que después de Alemania, España es el país de la OCDE que mejor ha evolucionado en lo que a exportaciones se refiere.

Hoy, puedo leer en otro medio que el aumento de beneficios para las grandes empresas en 2012 se da por hecho y que va a ser del orden del 11%.

Paralelamente a todos estos datos:
Se prevé que el paro siga aumentando durante todo este año y parte del siguiente.
Los salarios según todos los indicadores seguirán cayendo.
Deshacerse  de un trabajador cada día será más fácil, más rápido y mucho más barato.
La movilidad laboral no supondrá ningún problema para las empresas.
Los trabajadores más veteranos pierden buena parte de sus salarios y de sus logros laborales y sociales.
Los jóvenes trabajadores, no verán ninguna mejora en sus sueldos ni condiciones de trabajo. Solo podrán aspirar a trabajar, sin condiciones.
Los padres se empobrecerán y los hijos serán aún más precarios. A cambio puede que algunos consigan trabajo.

En otro artículo puedo leer que para mantener el trabajo en España el PIB tiene que crecer cada año por encima del 1,5%, por debajo de esta cifra aumenta el paro. Entre el 2% y el 3% se crea empleo. Pero el autor del citado artículo teme que en un futuro próximo no será suficiente con crecer al 3%, y posiblemente tengamos que llegar a crecimientos del 3,5% al 4% para que aumente la oferta y el crecimiento del empleo.
Según el articulista las empresas que van a generar ganancias a corto y medio plazo son empresas que precisan de mucho capital y pocos trabajadores para alcanzar sus objetivos. Como se da la circunstancia de que son precisamente estas empresas las que mejor están capeando la crisis, serán también las que mejor acceso tendrán al crédito por presentar menor riesgo. Este tipo de empresas seguirán creciendo, absorbiendo buena parte de los recursos financieros, disminuyendo o manteniendo los salarios en niveles bajos, y aumentando sus beneficios.

Las empresas con mayor capacidad de producción de empleo, aquellas que son capaces de generar más trabajo con menos capital, verán disminuidas sus posibilidades por diversos motivos, entre los que podemos mencionar la dificultad de acceso a los créditos que serán absorbidos por las grandes empresas de fuerte capitalización que operan internacionalmente y venden al exterior la mayor parte su producto competitivo, elaborado por una clase trabajadora empobrecida. Las pequeñas empresas y los autónomos pueden crear puestos de trabajo con menos capital inicial, pero seguirán teniendo muy difícil su acceso al crédito, y por otra parte aquellos que consigan financiarse, en su mayor parte se verán condicionados por la imposibilidad de sobrepasar los límites de un mercado interno muy condicionado por la pérdida de poder adquisitivo de una clase media trabajadora empobrecida y endeudada.

Si las cosas suceden como parece que van a suceder, las grandes empresas cada día serán más grandes, los fuertes cada día más fuertes, los ricos serán mucho más ricos, y las distancias entre pobres i ricos aumentará hasta niveles impensables en otros tiempos. Encontrar un trabajo no va a resultar fácil, pero encontrar un trabajo fijo y bien remunerado, será poco menos que misión imposible. A medida que avance el tiempo, el capital irá cobrando fuerza frente al trabajo. Millones de parados irán perdiendo sus prestaciones por desempleo y estarán en condiciones de aceptar cualquier trabajo que se les ofrezca, aunque las condiciones resulten abusivas.

Un buen día nos dirán que el paro está bajando, que no para de aumentar el número de trabajadores en activo, millones de trabajadores se incorporarán a los nuevos puestos de trabajo, y se hablará de milagro económico, y más tarde de pleno empleo. Millones de puestos de trabajo tendrán una remuneración de supervivencia, millones de puestos de trabajo tendrán una jornada de 4 horas o incluso menos. Millones se sueldos serán medio sueldos, medio parados, pero a efectos estadísticos computarán como empleados, como sucede ahora a una gran parte de los trabajadores alemanes. Millones de trabajadores en Alemania que no están en paro pero subsisten con sueldos de miseria en una de las economías más potentes del mundo. Si el milagro económico alemán tenía truco, podemos imaginar como será el milagro económico español cuando por fin salgamos de la encerrona en la que andamos metidos y en apariencia todo esté solucionado porque las tasas de paro se sitúen por debajo del 7%.

Cuando llegue el momento, cuando España salga de apuros, cuando el déficit presupuestario se haya reducido por debajo del 3% y tengamos incluso superávit, las grandes empresas Españolas estarán pletóricas, sus acciones se habrán revalorizado multiplicando varias veces su valor actual. Pero los salarios se habrán reducido hasta lo indecible, los españoles viviremos con estrecheces, los sindicatos se habrán quedado en la mínima expresión, casi desaparecidos por inanición e insolidaridad.

Dentro de unos años, cuando por fin salgamos de la crisis, España será un país rico, sin deudas y con presupuestos bien ajustados, y las grandes empresas españolas serán poderosas, admiradas dentro de España, y sobretodo fuera. Pero los españoles seremos pobres, bien ajustados a presupuesto, con un salario impuesto y ajustado por los poderes del estado y de las empresas, que diseñarán los equilibristas financieros, para mantenernos en una situación de apatía e impotencia que impida que nos rebelemos. Los propios trabajadores podemos llegar a una situación de autocontrol por miedo a más perder, que nos llevará como mansos corderos caminando al ritmo que marca el incuestionable capital. Pero todo tiene sus propios límites y si la inteligencia de gobernantes, empresarios, trabajadores y ciudadanos no consigue modular de forma suave los vaivenes del péndulo, cuando el mazo oscilante llegue a su punto más alto retrocederá con tanta fuerza sobre su propio recorrido que las consecuencias, a medio y largo plazo, pueden resultar social y económicamente nefastas.

Ya no tengo edad para revoluciones, por lo que pienso que sería más conveniente para todos que prevaleciera la equidad, el respeto mutuo, el compromiso social, la solidaridad, que se estudiaran y pusieran en marcha mecanismos de redistribución de cargas y beneficios, para evitar que escorase la nave en la que todos estamos embarcados y se fueran al traste todas nuestras ilusiones y nuestras ambiciones. Vivimos en una sociedad desarrolla, muy compleja, en la que nos salvamos todos o aquí no se salva ni Dios.

Miquel Sentandreu